Cinco civiles resultaron heridos en un ataque aéreo ruso en la provincia de Idlib, al noroeste de Siria, según la agencia de defensa civil de los Cascos Blancos el miércoles.
Los Cascos Blancos dijeron que dos niños estaban entre los heridos en el ataque.
En septiembre de 2018, Turquía y Rusia acordaron convertir Idlib en una zona de desescalada en la que los actos de agresión estarían estrictamente prohibidos.
Turquía y Rusia, que respaldan a los bandos opuestos en la guerra civil siria, acordaron el 5 de marzo detener las actividades militares en la región noroccidental de Idlib después de que una escalada de violencia desplazara a casi un millón de personas y acercara a ambas partes a la confrontación.
Idlib lleva mucho tiempo sitiada por las fuerzas del régimen de Bashar Assad y sus aliados, y los anteriores ceses del fuego en la región han estado plagados de violaciones.
Desde abril de 2018, los ataques contra el último bastión de la oposición se han intensificado drásticamente y han provocado el desplazamiento de nuevas oleadas de refugiados hacia la frontera turca, poniendo a Turquía, que ya acoge a 3,7 millones de sirios, en una posición difícil.
Siria ha sido asolada por una guerra civil desde principios de 2011, cuando el régimen de Assad reprimió a los manifestantes pro-democracia.
Cientos de miles de personas han sido asesinadas y más de 10 millones han sido desplazadas, según estimaciones de la ONU.